El Racing de Santander está firmando un comienzo de temporada para enmarcar, y después de ocho jornadas se posiciona como líder en solitario de la Segunda división. Este arranque ilusionante llena de esperanza a la afición racinguista, que mira con optimismo al futuro, a pesar de que ser líder en estas alturas no garantiza el ascenso directo. Sin embargo, si revisamos los últimos cinco años, podemos encontrar motivos para creer que el Racing está en el camino correcto hacia la gloria.
Las estadísticas, aliadas del optimismo
En las últimas cinco temporadas, el equipo que era líder al llegar a la jornada 8 acabó consiguiendo el ascenso a Primera división. La temporada pasada, el Leganés encabezaba la tabla en esta jornada y al concluir el campeonato logró el ascenso directo. En la campaña 2022-23, el Deportivo Alavés también lideraba la clasificación y aunque no subió de manera directa, lo consiguió en los ‘playoffs’. Por otro lado, el Almería en 2021-22 también fue líder en la octava jornada y acabó ascendiendo de manera directa.
El patrón se repite con el Espanyol en la temporada 2020-21, que lideraba la Segunda división en la jornada 8 y concluyó el campeonato con el ascenso directo. Finalmente, el Cádiz, en la temporada 2019-20, también encabezaba la clasificación y subió a Primera como segundo clasificado. Estas coincidencias en los últimos cinco años se convierten en el motor del optimismo racinguista, que sueña con ver de nuevo al equipo en la élite del fútbol español.
Trabajo, ilusión y un liderato soñado
El buen hacer de la plantilla y del cuerpo técnico ha sido clave para este excelente arranque de campaña. Los jugadores, dirigidos por José Alberto López, han mostrado un compromiso absoluto y una gran cohesión en cada partido, haciendo disfrutar a una afición que no baja de la nube. La atmósfera en El Sardinero ha sido espectacular, con los hinchas empujando al equipo jornada tras jornada, conscientes de que el sueño del ascenso empieza a gestarse con este tipo de arranques.
Mantener los pies en el suelo
A pesar de la ilusión desbordante, el Racing sabe que el camino es largo y complicado. No se pueden permitir relajaciones, y el mensaje dentro del vestuario es claro: trabajo, humildad y seguir partido a partido. Los últimos precedentes son alentadores, pero también son un recordatorio de la exigencia que supone mantener el ritmo en una competición tan dura como la Segunda división.
La afición racinguista está viviendo un sueño, pero todos en el club saben que lo importante es llegar a la última jornada con opciones reales de lograr el objetivo. La temporada apenas comienza, pero este liderato soñado alimenta el sueño de volver a ver al Racing de Santander compitiendo en la élite del fútbol nacional.